Estas cajas para galletas, que quedan preciosas y son de lo más prácticas, dan muchísimo más trabajo del que puede parecer a simple vista.
Utilizo cajas de metal de galletas de mantequilla, de esas que todos hemos tenido por casa para guardar hilos y cosas por el estilo.
Al ser de metal hay que lijarlas y darles dos o tres capas de imprimación para metal (a poder ser al agua, porque el olor de la otra es horrible).
Una vez secas, las decoramos como más nos guste. Yo suelo usar servilletas, ya que dada la forma dan mejores resultados, pero también puedes pintarlas sin más.
Quizá lo más importante sean las 3 o 4 capas de barniz, ya que se van a abrir y cerrar mucho y no queremos que se nos descascarille la pintura.
Son un regalo perfecto para una ocasión especial... ¡y más si las entregas llenas de ricas galletas de chocolate!
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