Últimamente se ve mucho en las tiendas marcos de fotos pensados para poner más de una foto y, para ser sincera, de ahí surgió la idea.
Quería hacer algo diferente y opté por comprar un montón de marcos de Ikea de madera, de esos pequeñitos que viene de tres en tres.
Decoré cada marco de manera individual, ya sea con papel, pintura o servilletas. Tras barnizarlos y encerarlos, los pegué con cola caliente y utilicé una grapadora para unirlos por detrás y darles mayor sujeción.
Tras poner las fotos llegó la hora de darle los últimos toques. Para ello utilicé lazos, flores de fieltro, hojas de papel, brillantinas... y todo tipo de detalles, aunque muchos de ellos no se aprecian en la foto.
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