Este baúl fue un auténtico reto porque me lo dieron decorado y el encargo era "darle una nueva apariencia".
La clienta adoraba la obra de Klimt, así que me decidí por esa temática. Después de lijarlo y darle varias capas de imprimación, lo pinté en color chocolate, dorado y ocre.
La tapa está decorada con servilletas y las "ventanas" frontales con dibujos impresos con una impresora normal.
Luego le apliqué 3 capas de barniz, lo lijé y lo enceré.
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